domingo, 26 de abril de 2009

CON EL VALOR DE SER, TU SALUD




Cuando se posee el valor de ser uno mismo en toda la extensión de la palabra, se está en perfectas condiciones de combatir no sólo cualquier dificultad de índole mental, económica, social, laboral, sino de salud física; objetivo central de este mensaje.

Si tú te amas (comprendiendo que te perdonas, comprendes y toleras); si tú te respetas, te aceptas, piensas positivamente, te tienes confianza y sabes darte –armas que doy en mi libro “El Valor de Ser Yo”-, puedes librar las más cruentas batallas; sin excepción, puedo asegurarte.


Útiles recomendaciones

Cuidar nuestra salud no representa mucho trabajo, contrariamente a lo que dice la mayoría de la gente.
Especialmente si seguimos estas sencillas indicaciones.

Habla de tus sentimientos

Emociones y sentimientos que son escondidos, reprimidos, terminan en enfermedades tales como la gastritis, úlcera, dolores lumbares, dolor en la columna.

Con el tiempo, la represión de los sentimientos degenera hasta el cáncer. Entonces, vamos a sincerar, confidenciar, compartir nuestra intimidad, nuestros “secretos”, nuestros errores. El diálogo, el hablar, la palabra, es un poderoso remedio y una excelente terapia.

Toma decisiones

La persona indecisa permanece en duda, en la ansiedad, en la angustia. La indecisión acumula problemas, preocupaciones, agresiones. La historia humana está hecha de decisiones. Para decidir es preciso saber renunciar, saber perder ventajas y valores para ganar otros. Las personas indecisas son víctimas de dolencias nerviosas, gástricas y problemas de la piel.

Busca soluciones

Personas negativas no consiguen soluciones y aumentan los problemas. Prefieren la lamentación, la murmuración, el pesimismo. Mejor es encender un fósforo que lamentar la oscuridad. Una abeja es pequeña, pero produce lo más dulce que existe. Somos lo que pensamos. El pensamiento negativo genera energía negativa que se transforma en enfermedad.

No vivas de apariencias

Quien esconde la realidad finge, hace poses, quiere siempre dar la impresión de estar bien, quiere mostrarse perfecto, bonachón, etcétera. Está acumulando toneladas de peso: una estatua de bronce con pies de barro. Nada peor para la salud que vivir de apariencias y fachadas. Son personas con mucho barniz y poca raíz. Su destino es la farmacia, el hospital, el dolor.

Acéptate

El rechazo de sí mismo, la ausencia de autoestima, hace que nos volvamos ajenos de nosotros mismos. Ser uno mismo es el núcleo de una vida saludable. Quienes no se aceptan a si mismos, son envidiosos, celosos, imitadores, competitivos, destructivos. Aceptarse, aceptar ser aceptado, aceptar las críticas, es sabiduría, buen sentido y terapia.

Confía

Quien no confía, no se comunica, no se abre, no se relaciona, no crea relaciones estables y profundas, no sabe hacer amistades verdaderas. Sin confianza, no hay ni relaciones humanas. La desconfianza es falta de fe en sí, en los otros y en Dios.

No vivas siempre triste

El bueno humor, la risa, el reposo, la alegría, recuperan la salud y traen larga vida. La persona alegre tiene el don de alegrar el ambiente donde vive. “El buen humor nos salva de las manos del doctor”. La alegría es salud y terapia.

¿Vida o muerte?

Usa en todos en todos estos pasos, el valor de tu mente; el secreto
para disfrutar siempre de bienestar y armonía espiritual y física.
No olvidemos que los seres humanos somos las únicas criaturas en la superficie de la Tierra capaces de transformar nuestra biología mediante lo que pensamos y sentimos.

Tenemos todo para vencer a cualquier enemigo que se oponga a nuestra armonía, paz, ¡salud!
En ti, y sólo en ti está la decisión por consiguiente: vida o muerte.
Sin duda es lo primero.

Por lo anterior, ¡contamos tú y yo con las herramientas para vivir con plenitud y desafiar todo mal venga de donde venga!

Fuentes: www.liderazgoymercadeo.com
"El Valor de Ser Yo" (Mina Editores.2008)
Fotografía: autor desconocido.

Luis Ramírez Reyes