viernes, 4 de junio de 2010

3 comentarios:

  1. Este doctor era -mejor dicho, es- un espíritu muy evolucionado, con su cuerpo espiritual plenamente activado ya en plena vida física. Por eso, al morir su envoltura carnal, su espíritu se hizo plenamente consciente de su nueva realidad mediante una rápida transición de un estado al otro, lo que le permitió comunicarse con sus allegados de manera clara, como sólo un espíritu poderoso puede hacer.

    Saludos, Luis.
    José.

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  2. Hola, amigo Luis.

    Como escarpias se me ha puesto el vello por todo el cuerpo al leer estos hechos. Es totalmente factible, sobre todo si tenemos en cuenta la acumulación de experiencias acaecidas a diferentes personas en tan pocos días. Este hombre era, por su elevación, alguien plenamente consciente de su dimensión espiritual ya antes de partir. Por eso empezó a usar su nuevo vehículo etérico nada más desprenderse del cuerpo físico, sin atravesar período alguno de turbación o confusión espiritual, como si fuera la cosa más natural del mundo (y realmente lo es).

    Te contaré algo. Al poco de fallecer mi padre, hace ahora 17 años, estaba mi madre en la cama, clareando la mañana, cuando vió y notó el brazo de mi padre presionando fuertemente sobre el suyo, al punto de resultar un tanto molesto. Pudo ver mi madre también la manga de la americana gris que mi padre solía vestir, así como su mano haciendo contacto sobre ella. Entonces, mi madre le dijo:
    -"Vicente, basta ya, que me estás haciendo daño"-, dándose cuenta entonces que el brazo de mi padre ya no estaba y que él ya llevaba algunos días muerto.
    Para aclarar dudas, según palabras de mi propia madre, no era un sueño, aunque quizás el encuentro se produjera en ese reino intermedio en el que uno se encuentra nada más despertar, todavía no del todo consciente de la realidad ordinaria, pero tampoco dormido. Es el estado alfa que puede alcanzarse también mediante el yoga meditativo.

    Y ahí va una segunda perla relativa también a mi mamá. Siendo ella una jovencita, recién había fallecido una abuelita suya con quien se sentía muy unida. Estaba ella aseando una habitación de la casa, creo que haciendo la cama, toda alegre y despreocupada, cantando incluso. De repente, y frente a ella, vió las piernas de su abuela y hasta creo que bromeó con ella. Pero, al caer en la cuenta de que su abuelita estaba muerta, el pánico se apoderó de ella y salió a toda prisa del cuarto.

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  3. Luis Ramírez: Mi papá trascendió y ahora cumple con un nuevo destino. Aunque yo lo siento cerca, como siempre. Y a donde llegó... siempre una enseñanza dejó... Un Avatar que permanecerá y brillará en mi corazón. Gracias por el cariño y amistad por y con mi Papá y por el apoyo en manifiesto hacia mi familia. Mireya Franco de la Vega

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