viernes, 2 de julio de 2010

CURADA DE CÁNCER PÁNCREAS POR ET'S


De mis memorias


El caso que presento fue rastreado por quien esto firma hace buen tiempo.

Muy ajeno estaba a lo que me ocurriría muchos años después.


Coincide en cierta forma, con los 5 años 11 meses que cumplo este lunes 5 de julio. Fecha en que aclaro no me salvaron seres de otros mundos, sino la fe a Dios, amor a la familia y visualización de la desaparición del tumor pancreático (maligno por supuesto, y del tamaño del puño de una mano) unos minutos antes de que los médicos me abrieran para extirpar el daño que amenazaba muerte segura. La operación tuvo lugar en el Hospital Central Militar de mi país, México.

Pues bien, en relación a la actividad alienígena, escribí para importante publicación el caso siguiente.


Los actos que llevan a cabo en la Tierra seres procedentes de otros mundos, son tan nefastos como benéficos. Su comportamiento por ende merece considerarse de una manera objetiva y profesional para no caer en lo absurdo y la charlatanería.

Dentro de la línea favorable recuerdo un caso tan asombroso como digno de elogio a la conducta extraterrestre. Se trata del de una mujer que tuvo la fortuna de ser curada de un cáncer del páncreas a bordo de una nave del espacio exterior.

La escena tuvo lugar años atrás en el estado norteamericano de Arizona. La protagonista fue una ama de casa afectada del mal referido que una noche del mes de mayo de 1975, justo en el momento de acostarse a dormir escuchó una voz en su cabeza que le ordenaba incorporarse, tomar su automóvil y dirigirse a las inmediaciones del pequeño poblado de Lunde, a unos veinticinco kilómetros de la residencia de la dama.

Aquí cabe indicar que es común en algunas especies del cosmos ordenar telepáticamente a determinados terrícolas ir a ver la presencia de una máquina voladora en un área celeste determinada, ya sea cerca o lejos de la vivienda.

Vamos al grano. Una vez que la enferma arribó al sitio indicado ignorando por quién, se encontró ante un aparato de naturaleza desconocida que medía unos quince metros de diámetro.

Pronto, y entre su confusión, obrando casi como una autómata, fue introducida al artefacto por dos seres de muy corta estatura, “como niños de diez años”, declaró textualmente al respecto. Estaban uniformados y se identificaban con una extraña insignia muy parecida a la estrella de David con un símbolo difícil de interpretar; añadió a su testimonio.

Helen Chabornneau -nombre de la señora- se vio luego colocada en una camilla para que una tercera criatura, probablemente de sexo femenino, tras acercarse a ella procediera a inyectarle un líquido verdoso en su abdomen, dándole a la vez indicaciones sobre su utilidad.

El producto servía para eliminar el cáncer, mas con la advertencia de no tomar en lo sucesivo más medicamentos.

Y así fue en realidad. La mujer sanó por completo. A pesar de las protestas posteriores de sus médicos, curó su mal totalmente en poco tiempo. Y es menester señalar que los mismos tripulantes del navío de las estrellas le llegaron a prometer que muy pronto volverían con ella, hecho que no se supo ni se comprobó.

Empero, Helen más adelante se convirtió en una de las más destacadas activistas de la Organización UFO Contact Center International, que en su época se dedicaba por entero al asesoramiento de contactados en la Unión Americana.

En cuanto a su manera de ser y facultades paranormales, hubo averiguaciones y estudios de eminentes ovnílogos, como el caso de Richard Heiden -amigo y fuente informativa de este periodista-, que demostraron que éstas se remontan a sus tiempos de adolescente, donde desarrolló ella misma una insólita capacidad de curación.

Tal hecho permite ver a los investigadores en esta materia que una vez más lo paranormal y lo ovnilógico se dan la mano en un caso de contacto.


O sea que la experiencia de la señora Chabornneau no fue fortuita o casual; simplemente responde a una conducta, a una línea iniciada desde muy joven con inclinaciones y manifestaciones parapsicológicas que había de atraer, con el paso de los años, a entidades de otros sistemas galácticos para salvarla en un momento crítico, como el de haber sido víctima del mortal cáncer en el páncreas que padeció en edad madura.

Luis Ramírez Reyes
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